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las ligaduras •de la culpa, empieza a oler mal, está cubier– to con la losa del sepulcro, nad,a puede por sí mismo, se necesita un milagro para vol ver a la vida. Lo mismo su– cede con el pecador privado de la gracia, ya no puede obrar, se necesita el milagro de la gracia, que le vivifique de nuevo. ¿Qué cosa puede hacer por Dios? ¿Cómo puede pagarle las deudas que tiene. contraídas con el Dueño ab– soluto de la vida? ¿Qué cosa puede dar el pecador que no sea ya propie– dad del Señor'( Todo cuanto tenemos es de Dios, ya sé le debe por otros títulos. Luego el pecador no tiene con qué pagar las deudas. Siempre necesita uno que salga fiador o que le pague lo que debe,... 2.º El Fiador. -- En el orden sobrenatural tenemos un Bi.enhechor, un Fiador o Mediador: El Pagador que se ofrece voluntariamente a saldar todas nuestras deudas, es Jesucristo. Porque uno es Dios, un tambien el Media• dor entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús, que se entregó a sí mismo para redención de todos (2i). Y si llamáis Padre al que sin acepción de personas juzga a cada cual según sus obras, vivid con temor todo el tiem– po de vuestra peregrinación, l.lonsiderando que habéis sido rescatados de vuestro vano vivir, según la tradición de vuestros padres, no con plata y oro, corruptibles, si.no con la sangre preciosa de Cristo, como cordero sin defec– to ni mancha (22). Jesús es el fundamento de nuestra Bsperanza. El pago abundantemente las deudas de nuestros pecados con su Pasión y Muerte. Por sus méritos podemos confiadamen– te exclamar: Pater, dimitte n.obis debita. nostra .•.. Dios no quiere la muerte del pecador, sino que se arre– pienta y viva. Tiene voluntad universal de salvarnos éJ. todos. A todos na destinado para el paraíso. Manda a su (21) I 'Tim., Il, 5. (22) I Peir., ¡, ! 7,18.

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