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lata tu boca, tus deseos, tu capacidad, y te llenaré de grac:as, de dones, de consuelos-. suaves e inefables, de las riquezas del espíritu. Todos los que no tienen fe o, si la tienen, están muertos a la gracia por los pecados, tienen necesidad de este pan de vida. Es necesario que el sacerdote, el misionero, el apóstol lleve a sus corazones la vida sobrenatural ; que los alimente con la gracia del cielo. Hay muchos ricos en el mundo de cosas materiales, que malgastan sus bienes en lujos y placeres, pero son pobres y padecen hambre de las cosas espirituales. Carecen de la gracia santificante, de las virtudes cristianas{de li3, vida sobrenatural. .. El ministro de Dios lleva a esas almas la limosna espi– ritual de la gracia y de los sacramentos, para que no pe– rezcan de hambre y se condenen. II. PAN DE LA VIDA EUCARISTICA Jesús, enseñando a los que le. seguían en la Sinagoga de Cafarnaun, dijo: ce Yo soy el pan de vida; vuestros pa– dres comieron el maná en el desierto y murieron. Este es el pan que baja del cielo, para que el que coma no muera. Yo soy el pan vivo bajado del cielo; si alguno comiere de este pan vivirá para siempre, y el pan que yo le daré es mi carne vida del mundo.,, Disputaban entre sí los judíos, diciendo: ¿Cómo puede darnos a comer su carne? Jesús les dijo: «En verdad, .en verdad os digo que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna, y yo le resucitaré el últi– mo día. Porque mi carne es verdadera comida y mi san– gre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre está en mí y yo en él. Así como me envió mi Padre 111 8, -Meditaciones
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