BCCCAP00000000000000000000638

96 DR. P. PÍO M.ª DF. MONDREGANES, O. F. Mi.- CAP. 1928, otras doce particulares acerca de las misiones, lla– madas intenciones misionales. Los sacerdotes, obligados a la oración oficial de la Iglesia, tienen en las páginas del Breviario y del Misal materia copiosa de meditación sobre puntos misionales, y la oportunidad de ofrecer el Oficio divino y 1a santa Misa por las misiones, pro nostra totiusque mundi salu– te ... En el Misal Romano se contiene una Misa votiva de la Propagación de la Fe, otra contra los paganos y una tercera contra los cismáticos. León XIII, Benedicto XV y Pío XI compusieron hermosas plegarias por la Propa– gación· de la Fe (3) y recomendaron vivamente la ora– ción por las misiones (4). Estas oraciones, dice el Papa Pío XI, deben ser no sólo privadas, sino también públi– cas, colectivas y habituales. Que en todas las iglesias, catedrales, colegios, casas religiosas, etc., se acostumbren a orar por las necesidades de las misiones como obra que interesa a la caridad de todos (5). Este es un medio asequible a todos, y sólo se necesita buena voluntad y celo para practicarlo. A la oración debemos añadir el su{rimiento. El dolor es un compañero inseparable de la vida del hombre so– bre la tierra. Hay dolores y sufrimientos que .dependen , de nuestra misma condición personal, de nuestro géne– ro de vida, de nuestro ambiente, de tantos acontecimien- (3) Cfr. ZANETTI GIUsEPPE, Vangeio nel mondo, págs. 383 y sigs. Roma, 1938. (4) Cfr. ALFONSO Pío, O. S. B., L'idea missionaria nella liturgia, en Teología e Missioni, págs. 231-243; VTTI, ALF:WEDO, S. I., Il salterio e l'apo,stolato missionario, ibíd., págs. 245-262; GomuRu, o. c., pá– ginas ,,54 y sigs.; SÁENZ DíEZ, ISABEL, Contemplación y apostolado, Vitoria, 1943. (5) Maximum illud. AAS., 1919, XI, pág. 452; Rerum Eccles– siae, ibíd., 1926, XVIII, págs. 69 y sigs.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz