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CAPfrULO H OBJECIONES CONTRA EL DEBER MISIONAL' 1.ª ¿ Todos los católicos, individualmente, están obli– gados a ajrudar a las misiones? Que el deber obligue al pueblo cristiano en general es cosa evidente; pero esa obligación general, ¿ desci.ende sobre todos y cada uno en particular? El P. Grentrup, S. V. D., defiende que no., "El •derecho natural--dice-exige que la sociedad con– siga su fin necesario y que los miembros de ella sumi– nistren los medios precisos. Lo importante de esa exi- .gencia es que existan los medios indispens~bles; pero es accidental y, por tanto, indiferente que todos los miem– bros o solamente algunos den todo lo que se necesita. Si uno de la sociedad declarase que él sólo daría todo lo que es necesario para conseguir el fin los demás que– darían libres de toda obligación. Por esta razón de que la propaganda de la fe sea un fin necesario de la Igle- · sia y que sin la cooperación del pueblo cristiano no se pueda obtener, lógicamente se sigue solamente que el pueblo católico debe preparar los medios, mas no que todos in individuo pro rata parte deban contribuir" (1). A esta argumentación podemos responder: 1) "Data et non concessa" la hipótesis en el orden puramente teó- '(1) Cfr. o. c., pág. 96.

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