BCCCAP00000000000000000000638

08 DR. P, PÍO M,ª DE MONDREGANES, O• .F. M, CAP. en la Encíclica Rerum Ecclesiae: "Nuestro deber de ca– ridad para con Dios exige que no sólo procuremos con todas nuestras fuerzas aumentar el número de aquellos que le conocen y adoran en espíritu y verdad, sino tam– bién que sometamos al imperio del amantísimo Reden– tor cuantos más podamos, a fin de que resulte cada día más fructuosa la utilidad de su sangre y nos hagamos más aceptos a Él, a quien ninguna otra cosa puede ser mús agradable que los hombres se salven y vengan al conocimiento de la verdad" (1). b) Los deberes de piedad que, como hijos adoptivos de Dios, tenemos para con nuestro Padre celestial piden que hagamos lo posible para darle a conocer por todo el mundo y nos esforcemos en multiplicar los hijos que le amen y glorifiqllen. e) Además, por la virtud de religión, estamos to– dos obligados a tributar culto individual y social a Dios. En el presente orden de cosas la Iglesia católica es la única sociedad que le puede tributar el culto tal como Él lo ha establecido. Ahora bien, uno de los principales actos del culto es el sacrificio cristiano, para el cual son necesarios sacerdotes y otros objetos indispensables, a fin de que pueda ofrecerse como es debido. Luego la Iglesia debe enviar sacerdotes a todas partes para ofre– cer el sacrificio santo, la oblación pura; pero no de un modo cualquiera, sino con todos los medios y con todos los auxilios para que el altar sea erigido establemente y todos los pueblos concurran y tributen el honor y ob– sequio debidos a la Majestad divina. "Quitad-dice Laz– zarini-la idea <le un culto universal, único en la Igle- (1) Cfr. .A.AS ., 1926, XVIII, pág. 68,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz