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AYUDAiDME.-COOPERAC])ÓN MISIONERA 57 nido en Ro:na el año 1898 establecía: "Neque Episc'bpi neque paro::hi, qui in propriae iurisdictionis territorio exsistere sc::unt Indos nondum ad fidem conversos, pro– prio pastorali officio satisfacerent, si solis fidelibus in– tenti, illos ah infidelitatis tenebris eruere et ad Christum vocare non studerent" (10). El Obispo en su propia dió– cesis es misionero apostólico ex officio, para convertir a la fe católica a los infieles, herejes y cismáticos que en ella existan (11). De lo cual se sigue que los Obispos diocesanos, dentro de su territorio, sin delegación ponti– ficia especial; pueden establecer misiones y proceder motu proprio, sin previo impulso de la Santa Sede. Dijimos ya que Jesucristo mandó al Colegio Apostó– lico in solidum predicar el Evangelio, y, como al Colegio Apostólico sucedió el Colegio de los Obispos, a éstos in– cumbe tamJién el deber de continuar la predicación evangélica -'.12). Por esto los Romanos Pontífices han exhortado s::.einpre a los Obispos a colaborar en el apos– tolado. Cita:nos sólo algunos testimonios más recientes: León XIII L~s habla diciendo: "Vos igitur, Venerabiles Fratres, in :;>artem sollicitudinis Nostrae vocatos, etiam atque etiam hortamurf' Ht concordibus animis Apostoli– cas missiones sedulo vehementerque adiuvare Nobiscum studeatis" (13). La misma doctrina claramente propone (10) Conc. Plen. Americae Latinae, tomo I, uúm. 771, Roma, 1902. (11) Cfr. WERNZ, FR. X., S. J., Ius Decretalium, III. núm. 52, Roma, 1908. (12) La Sagrada Congregación de Propaganda Fide, en sus Le– tras Encíclicas del 15 de enero de 1662, escribía: "E perche i Vescovi e i Prelati dev:mo avere grandissima parte, in opera cosi apostolica, el!sendo eglino propri:amente succeduti in luogo degli Apostoli". Cfr. Collect. S. C. P. F., I, núm. 2, pág. 2, Roma, 1907. (13) Sancta Dei civitas, 3 dic. 1880,, Cfr. Le1onis Xlll Acta, volu- lUen II, pág. l "'0, Roma, 1882, ·

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