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48 DR. P. PÍO M. 4 DE MONDRBQJ.Nt;:s, (), F. :M. CA:P. l. · El Romano Ponlífice, que es el Vicario de 'Cristo en la tierra y el sucesor de San Pedro en el Primado. Es el Jefe Supremo de toda organización y acción misio– nera en todo el mundo. 2. Los Obispos, que son los sucesores de los Após– toles, en unión cori. el Jefe Supremo, deben colaborar a .los fines de las misiones. Primero .en sus respectivas jurisdicciones, y luego en todo el mundo por la doctri– na, la oración, el sacrificio, la limosna, la promoción y cultivo de vocaciones, etc. 3. Congregaciones romanas. El Papa no puede in– mediatamente y por sí mismo cuidar de todos los pro– blemas misioneros y dirigir la acción de conquista. Se sirve de Congregaciones, las cuales tienen sus propias competencias señaladas por el derecho canónico. Unas tienen acción directa, otras indirecta y limitada para sólo algunos asuntos. a) La Congregación que canónicamente tiene com– petencia misionera es la Sagrada Congregación de Pro– paganda Fide, establecida por Gregario XV el 22 de ju– nio de 1622 (1). b) Sagrada Congregación pro Ecclesia Orientali. Fué erigida por Pío IX con la Const. Romani Ponlifices, 6 de enero de 1862, y unida a la Sagrada Congregación.de Propaganda. Benedicto XV la separó y la hizo autónoma en 1917. Pío XI la aumentó notablemente en 1938. Ejer– ce sus co1npetencias sobre las Iglesias y territorios orien– tales. Tiene poder exclusivo en las siguientes regiones: Egipto y Sinaí, Eritrea y Etiopía del Norte, Albania me- (1) Cfr. MoNDREGANEs, P. M., O. F. M. CAP., Manual de Misionolo– oía, págs. 201-20'1. Madrid, 1951.

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