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CAPiTULO V ORGANIZACION. DE LA IGLESIA MISIONERA Es Cierto que todos; como miembros del Cuerpo Mís– tico, estamos obligados a trabajar por el bien común del mismo. Pero como la Iglesia no -es una sociedad demo– crática, sino monárquicó.:jerárquica, dispone de una or- · ganización esJ_)ecial para el deseJ.llpeño de sus obligacio– nes. Además, en la Iglesia exi.sten varias clases de per– sonas: clérigos y laicos, religiosos y simples ·fieles. En la Constitución jerárquica hay varios grados, dignida– des y funciones. De toda esa clase de sujetos, que de una manera o de ot:i;a intervienen en el desarrollo de las. ac– tividades misioneras, nos conviene tener una sucinta idea. ,, ·· ·'j . Con frecuencia .los agentes o sujetos de la actividad' misionera y de la cooperación se suelen comparar a un ' gran ejército, que se ocupa en la conquista pacífica de todo el mundo para Jesucristo. En este gran ejército se pueden distinguir dos grupos: uno que llaman de .reta– guardia y otro de vanguardia. l. Ejército misionero de retaguardia. El personal que, directa o indírectamente, lucha por las misiones en el sector de retaguardia está organizado de la manera siguiente : ·

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