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42 DR. P, PÍO M,ª DE MONIDREGANES, O, F, M, CAP, de todos ]os beneficios que se derivan de .su Cabe– za" (13). Luego, después de la venida del Espíritu Santo en el Cenáculo sobre los Apóstoles; empiezan a manife.starse los efectos de su investidura en la Iglesia naciente. Po– cos hombres, ignorantes y rudos, después de haber reci– bido el bautismo de fuego del Espíritu Santo, hacen sen– tir en el mundo su voz y dan principio a una nueva vida para fa humanidad. En efecto: San Pedro, el tímido Apóstol que niega por tres veces a su Maestro, ahora, intrépido predica a la multitud heterogénea de Jerusa– lén y obtiene unas tres mil conversiones (14). Converti– dos y bautizados los samaritanos por Felipe, Pedro y. Juan, por la imposición de las manos, les confieren el Espíritu Santo (15). Pablo, convertido en la vía de Damasco, recibe la visita de Ananías a fin de que sea lleno del Espíritu Santo (16). La Iglesia, pues, gozaba de paz por toda la Judea, GaJilea y Samaria, edificándose y caminando en el temor del Señor, y con el aliento que infundía el Es– .píritu Santo se iba multiplicando (17). La conversión del centurión Cornelio es preparada por el Espíritu San– to (18) y confirmada con amplias efusiones por el mis– mo (19). Bernabé, que, estaba lleno del Espíritu San– to (20), marcha con Saulo al prim~r viaje misionero por (1'3) Cf. MoNDRF..GANES, P. M:., O. F. M. CAP., Manual de Misionolo- aia, pág. 131, Madrid, 1950. (14) Act., II, 41. (15) Act., VIII, 22. (16) IX, 17. (17) Act., IX, 31. (18) Act., X, 19. (19) Act., X, 44-47. (20) XI, 2.

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