BCCCAP00000000000000000000638

40 !DR. P, PÍO M,ª ,OE MON'DRE_GANES, O. F. M, CAP. Iglesia efectos semejantes a los que causa el alma en el cuerpo (7). Santo Tomás compara a Jesucristo a la cabeza, y al Espíritu Santo al corazón. La cabeza posee una pre– eminencia sobre todos los demás miembros, mientras que el corazón influye ocultamente en cada uno. El ofi– cio del corazón es llevar la sangre vivificadora a todos los miembros hasta las últimas extremidades. El Espí– ritu Santo difunde en todo el Cuerpo Místico y en cada uno de sus miembros la gracia santificante, principio de vida sobrenatural. San Pablo pone de relieve la ac– tividad del Espíritu Santo, que produce en las almas la gracia y los dones, y los distribuye a cada uno en par– ticular como quiere (8). El Espíritu Santo es, pues, el principio dinámico que tiende a la acción. Es el principio vivificador que pro– duce la actividad espiritual en la.s almas. Así lo conce– bía el Apóstol de las Gentes. "La neumatología de San Pablo-dice el P. Bover-no es estática, siempre diná– mica" (9). San ;Pablo enfoca la acción del Espíritu Santo en función del Cuerpo Místico (10). "La acción del Es– píritu es el principio, la formación del Cuerpo; el Cuer– P? no se forma . sino para la acción del Espíritu. De la (7) . No hay uniformidad entre los teólogos acerca del alma de la Iglesia. Unos dicen que es la Iglesia docente; otros, la gracia santificante; otros la explican · de diferente manera. Los teólogos contemporáneos generalmente defienden que es el EspírUu Santo. Escribe el P. S. Tromp, S. J.: "Anima Corporis Christi non est fides neque gratia sanctificans, neque complexus gratiarum et donorum .<:t chari,smatum SpirHus Sancti, sed potius ipse -Spiritus .Sanctus prout est Spiritus Christi et fons omuium donorum" (cfr. Corpus Christi, quod est Eccl.e,sia, pág. 23, Roma, 1946). · (8) I Cor., XII, 11. . (9) Cfr. Teología de San PabZ.O, pág. 181, Madridi 1947, (10) Cfr. }:3QVER, iJ:¡id,, pll.g. 182,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz