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38 DR. P. PÍO M.L DE MONDRF.GANES, O. F. :MI, CAP, que es como el motor que da impulso y vida a todo ese nuevo organismo que se llama Cuerpo Místico de Cristo. Entre los teólogos modernos se trata ampliamente de la doctrina paulina· sobre el Cuerpo Místico de Cristo, que es la Iglesia, particularmente después de la preciosa Encíclica del reinante Pontífice Pío XII Mystici Corpo– ris, deil 29 de junio de 1943 (2). San Pablo comparó el Cuerpo Místico de Cristo al cuerpo humano; ahora bien, todo cuerpo humano nece– sita un principio vivificador que da vida, movimiento y acción al elemento inerte y material. Ese motor invisi– ble, verdadero, substancial y creado es el alma ·racional, espiritual e inmortal, que, creada, a imagen y semejanza de Dios, en el primer momento de la existencia, la in– funde en la materiél para vivificarla y animarla, for– mando un solo compuesto humano. Analógicamente la mavoría <le los teólo.crns defienden aue el princinio vivi– ficador del Cuerpo Místico de Cristo, aue es la Iglesia catóH<'a. anostólica y romana:', es el Espíritu Santo. El Esníritu Santo se llama auasi-anima del C11erno Místico, poraue no se puede decir con toda nroniedad alma, en cuanto eme no se 11ne s11hstandalmente como el alma hnmana al cuerno físico del hombre. Se llama así por una. cierta analo!'!ía o semeianza a las fnnciones que eil aJma humana ejerce en el comnuesto físico. El Esní– ritn Santo obra quasi-f ormaliter en la Iglesia los efectos vitales semejantés a los que el alma racional en el cuer– po humano. León XIII afirma : "Quod cum Chdstus ca– put sit Ecclesiae Spiritus Sanctus sic eius · anima; quod (2) Cfr. AAS., 194 3, vol. XX)\V 1 págs. 193-248.