BCCCAP00000000000000000000638

:l_ 32 füt. P. PÍO M.• iDE MON'DR!-:GANES, O. :F. M,. CAP. Padre y del Hijo, a P.atre filioque procedit (5), intervino también en la obra de la encarnación. y redención y, en cierto modo, nos <lió al Hombre-Dios, al Redentor-Mi– sionero. En efecto, el cuerpo preciosísimo de Jesús, Speciosus forma prae filiis hominum (6), es obra maestra del Espí– ritu Santo. Así lo anunció el Arcángel San Gabriel cuan– do ·se apareció a María Santísima en la humilde casita <le Nazaret, y le dijo: "Spiritus Sanctus superveniet in te.:. ideoque quod nascetur ex te sanctum, vocabitur Fi– lius Dei'' (7). Confesamos en el Credo que Jesús fué con– cebido por obra del Espíritu Santo, "Et incarnatus est de Spiritu Sancto" (8). El cuerpo y el alma de Jesús son santos, en cuanto se unen hipostáticamente al Verbo, pero también el alma es santa, porque es sede del Espíritu Santo, como lo tes– tifica Isaías diciendo: "Requíescet super eum Spiritus Domini" (9). Habiendo Jesús sido bautizado en el Jor– dán por el Bautista, descendió el Espíritu Santo en for– ma de paloma y se oyó una voz del ciefo que decía : "Tú eres mi Hijo muy amado, en ti me agradé" (10). El Espíritu Santo le condujo al desierto '(11} y, vencidas las tentaciones, el mismo Espíritu le sugirió el propósito de volver a Galilea (12). El Espíritu Santo le dió virtud taumaturga y el poder lanzar los demonios. "Ego in Spi- (5) Denz., 994. (6) Ps., 44, 3. (7) Luc., I, 35. (8) Denz ., 994. (9) Is., XI, 2. (1 O) Luc., III, 21-22. (11) llfotth., IV, 1. (12) Luc., IV, 14,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz