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CAPÍTULO III EL DOGMA TRINITARIO FUNDAMENTO SUPREMO DE LA ACTIVIDAD MISIONERA En las operaciones que los teólogos llaman ad extra intervienen las Tres Divinas·Personas. Pero hay que te– ner en cuenta que el Pa,dre, el Hijo y el Espíritu Santo no son tres principios de la 'criatura, sino un solo prin– cipio (1). En las obras de la actividad misionera ,tam– bién int.ervienen las ·Tres Personas; según la función .que se atribuye a cada una. El Eterno Padre, aun después de la caída deLprfrner hombre, tiene voluntad salvífica universal. "No quiere la muerte del pecador, sino que se arrepienta y viva" .(2). "Quiere que todos los hombres se salven y lleguen al co– nocimiento de la verdad" (3). "Y de tal niodo amó Dios . al mundo, que le <lió a su Hijo Unigénito" (4) . Llegada la plenitud ·de los tiempos, el Hijo Unigénito se encarnó, tomó nuestra naturaleza; se cargó con nues– tras miserias, excepto el pecado, nos· enseñó el camino del cielo, nos rescató de la culpa y murió en una cruz por todos nosotros. El Espíritu Santo, que .procede del ·· (1) Denz., 705. (2) Ezq., XXXIII, 11. (3) 1 Tim., II, 4. (4) Joann., HI, 16.

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