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124 DR. P. PÍO M.ii DE MÓNDREGANES, ó. F. M1. CAP; determinadas Asociaciones aportaban libremente su con– tribución a la expansión evangélica. Estas múltiples Aso-. ciaciones recomendaban generalmente las oraciones y las limosnas por las misiones en general, o por las misio– nes particulares de una Orden o de un Instituto. Quien desee conocer esa multitud y variedad de Obras y As o c i a c ion e s puede consultar la obra del Pa– dre B. Arens, S. J., Manuel des Missions catholiques, Lo– vaina, 1925, o también la Guida delle Missioni Cattoliche, Roma, 1934. En 1750 Juan vVillibaldo Windmann, consejero áuli– co del Electorado de Baviera, presentó a. la Congrega– ción de Propaganda Fide un proyecto de una Confra– ternidad de alemanes para proveer de misioneros a la Indía (1). En el mismo Archivo se encuentra: Confr.afernidad Apostólica. Prospecto de una Pía Unión del viudo Caba– llero Alicantino D. Ignacio Pérez de Sarriá, Marqués de Algorfa, Señor de Formentera, presentado en su nombre, en 1801, al Sumo pontífice Pío VII por Fray Juan Fran– cisco Masdeu (2). Sobre las ruinas de la Revolución Francesa y las del Imperio napoleónico surgirán multitud de Institutos mi– sioneros, aumento del personal, y las Obras cooperadoras que, en varias formas, darán un impuls.o universal y ca– tólico a la expansión de la Iglesia, como podemos ver por la colaboración y cooperación universal que se veri– fica en nuestros días. (1) Cfr. Arcl1iv. di Propaganda. Scrilture Riferite: America Me– ridionale dall'Istmo di Panama allo stretto di Magellano. 1767-1803, volumen IV, fol. 23 v. · (2) Scrillure Riferite, tomo I, fols. 558-564.