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206 trn. P. PÍO M.ª DÉ MONDREGANÉS, b, F. M,. CAP. ejemplo admirable de una caridad fraterna y mutua unión. Las colectas.-Esta mutua caridad fraterna se com– prueba también por las colectas que hacen para ayudar a los hermanos necesitados. Durante el gobierno de Claudio (41-53) el Imperio fué afligido por el hambre. A Judea le tocó bajo el gobernador Alejandro (45-48). Los convertidos de la gentilidad procuran enviar soco– rro a los hermanos que habitaban en Judea, cada uno según sus facultades, enviándoselo a los ancianos por medio de Bernabé y Saulo (19). San Pablo fomentaba esta práctica y se valía de ella para quitar los prejuicios de los judíos contra los gen– tiles. La delación de las limosnas a Jerusalén suele lla– marse el vfaj e de las colectas (20). Pablo mandó hacer las colectas en la región de Gala– cia, en Corinto y otras iglesias en favor de los fieles de Jerusalén. En su primera carta a los de Corinto dice: "Cuanto a la colecta en favor de los santos, haréis se– gún lo que dispuse en las iglesias de Galacia. El día primero de la semana cada uno ponga aparte en su casa lo que bien le pareciere, de modo que no se hagan las colectas cuando yo venga. Y cuando llegue yo aquello que tengáis a bien lo enviaré yo con cartas para llevar vuestro obsequio a Jerusalén. Y si pareciere bien que también vaya yo irán conmigo" (21). Sabemos que fué el mismo Apóstol a llevar las limosnas a Jerusalén y que los hermanos recibieron con mucho agradecimiento (19) Act., XI, 30. (20) Cfr. RrccrnTTI, Paolo Apostolo, núm. 154, pág. 150, Ro• ma, 1046. (21) I Cor,, XVI, 1-4,

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