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202 DR. P, PÍO M," DE MONDREGANES, O, F. M1, CAP. nor, pasando por Perge. Aquí Marcos se dirigió a Jeru– salén y los otros prosiguieron por Iconio, Listrias y Der– he, visitando las Iglesias fundadas y constituyendo pres– bíteros. Criando llegaron a Antioquía, de donde habían partido, narraron a los hermanos cuanto el Señor había obrado por medio de ellos. Este primer viaje duró cerca de cuatro años. Y moraron allí con los discípulos bas– tante tiempo (14). El segundo viaje apostólico. -Después del Concilio de Jerusalén Pablo y Bernabé fueron a Antioquía, ense– ñando y evangelizando la palabra del Señor. Pasados algunos días dij o Pablo a,. Bernabé: "Volvamos a visitar las ciudades, a los hermanos por todas las ciudades en que hemos evangelizado la palabra del Señor y veamos cómo están". Bernabé quería llevar también a Marcos, pero Pablo juzgaba que no debía llevarle. Entonces Ber– nabé, tomando consigo a Marcos, se embarcó para Chi– pre. Pablo, llevando consigo a Silas, visitó las comu– nidades de Asia. <:;:on Lucas zarparon de Troade y pa– saron a Macedonia, dirigiéndose a Filipos, donde había una colonia romana bien organizada. Allí pasaron algu– nos días. Lucas, autor de los Hechos, refiere en prime– ra persona : "Salimos el sábado fuera de la puerta, j un– to al río, donde pensábamos que estaba e1 lugar de la oración; y sentados hablábamos con algunas mujeres que se ~allaban reunidas. Cierta mujer llamada. Lidia, temerosa de Dios, purpuraria, de la ciudad de Tiatira, escuchaba atenta. El Señor había abierto su corazón para atender a las cosas que Pablo decía. Una vez que se bau– tizó con toda su casa nos rogó diciendo: "Puesto que me (14) Act., XIV, 28.

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