BCCCAP00000000000000000000638

lss DR. P. PÍO M." DE MON'DREGANES, O, P. M. CAP. tiandades. A través de la historia eclesiástica vemos que la mujer, de una manera o de otra, ha intervenido y co– operado en la realización de las grandes empresas apos– tólicas; .sin embargo, parece que en los tiempos moder– nos la participación de la mujer ha sido más intensa y universal. En la vanguardia del campo misional hay miles y miles de heroicas religiosas que colaboran con los misioneros en la conversión de los infieles; también en la retaguardia de la patria trabajan celosas mujeres por la salvación del mundo pagano. Cómo puede cooperar la mujer.-De muchas mane– ras pueden las mujeres cooperar eficazmente a las mi– siones. Indicaremos algunas: a) Con la oración, medio fácil y asequible a toda clase de personas. ¿ Cuántas fer– vorosas plegarias ho podrá elevar el sexo devoto, poseí– do de la importancia de la evangelización mundial? b) Con el ejemplo y el consejo, exhortando a los hom– bres y a los hijos a que se inscriban en las Obras misio– nales; e) Con la propaganda, distribuyendo y haciendo penetrar en todos los hogares las hojas, revistas y libros misionales; d) Haciendo de celadoras y recaudando fon– dos materiales para subsidio de las misiones pobres; e) Confeccionando ropas y ornamentos sagrados para el culto; f) Suministrando medallas, crucifijos, estampas, rosarios y otros objetos de piedad; g) Proporcionando prendas de vestir para tantos niños, ancianos e indigen- . tes a quienes tienen que socorrer los misioneros. Por estos y otros muchísimos medios, que el celo y la indus– tria de las mujeres nu:~:pas y piadosas inventan, se pue– den favorecer las misiones. Para fomentar la vitalidad y causar mayor eficacia en las iniciativas misionales se hace necesaria la aso-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz