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AYtlDADME.--COOPERACiiÓN MISIONERA 179 . ñez, ·se informen de los problemas misionales y los en– señen a sus pequeñuelos. Les· ayudarán poderosamente para formar el espíritu misional y Rroselitista en sus inteligencias vírgenes, las proyec<;iones y el cine sol,re episodios misionales, las lecturas acomodadas a su cá– pacidad, las representaciones esqénicas, las conferénc-ius, los catecismos misionales (2). Para la organización de una fuerte legión infantil misionera es menester que concurran tres factores prin– cipales: la madre, el párroco y el maestro. Puestos en .actividad estos tres motores transformarán a los nifíos, si no en hombres misioneros, por lo menos en niños de espíritu misional. ARTÍCULO 2. 0 Los eatudiantes y las rn:isiones. BIBLIOGRAFIA ARTERO, J., La Universidad y las Misiones (C. M. D. E.), Vito– ria, 1943. CANDÍA, M., Verso una Pederazione dei Movirnenf'i Missionari laici, Roma; 1950. CHAMPAGNE, J. E., O. c., págs, 534-536, CULTRERA, S., O. F. M. CAP., I Giovani ~ le' Missioni, Tívoli, 1928. HuBLON, A., S. J., La f orrnation rnissiologique des étudiants de Louvain, Lovaina, .1947. MARÍA, G., Organización y vida de una juventud misionera (C. M. D. E.), Vitoria, 1943. HAECH, H., S. J., Asociacion,es de Estudiantes para el estudio de las[ Misiones, En El Siglo de las Misiones, mayo de· 1932. (2) R¡ecomendamo1s el Catecz'smo Misional, 2.'• e.d., de VILLANUE– VA, J., Pamplona, 1942, y el Catecismo Misional del P. ZAM1EZA, J., S. J., Bilbao, 1947; BENITO LóPEZ VELARDE, Catecismo misional, Méjico, 1956,

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