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14 DR. P. Pio M.ª DE MONDREGANES, O. F. MI, CAP. nitario y de la naturaleza de la Iglesia, tal como fué fundada por Jesucristo. La Iglesia católica no es una sociedad anónima ni democrática. Es una sociedad monárquico-jerárquica de orden sobrenatural instituída por Jesús para la salva– ción eterna de los hombres. De su esencia y especial constitución resultan personas y categorías que tienen derechos y deberes muy diferentes en orden a la digni– dad y a la jurisdicción. Cualquiera que sea la posición que los diversos miembros de la Iglesia ocupen, están obligados a la cooperación misional; pero no por eso Jeben ejercerla del mismo modo. SEGUNDA PARTE PRINCIPIOS MORALES DE LA COOPERACION MISIONAL Conocida la organización de la Iglesia y su ordena– ción jerárquica, explicamos Jos principios de donde pro– cede el deber de cooperación misional. Son varias las fuentes de donde sé deriva para todos la obligación de cooperar o ayudar a las misiones. Aunque en 'la exposi– ción se mire más a los fieles, no se deduce que los de– más miembros del Cuerpo Místico no estén también obligados e incluídos en los principios morales que abra– zan toda clase de personas. Después se ponderan la gravedad de esta ohligación y su extensión. Se resuelven, luego, las objeciones más comunes que suelen oponerse a tal obligación. Está claro que, para conocer y cumplir esas obliga– ciones, se impone la necesidad de predicarlas y enseñar-

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