BCCCAP00000000000000000000638

AYPDA:DME.-C001>ERAC;J1ÓN MISil)NERA 183 entre seminaristas y sacerdotes; intensificar el espíritu misionero y misional por medio de conferencias, de ho– jas, folletos, revistas, etc.; promover las Comisiones pa– rroquiales "pro niissiones" y las Obras parroquiales, de acuerdo con los párrocos; hacer los balances anuales, remitiéndolos al Consejo Nacional; estar en frecuente comunicación con . éste para obtener instrucciones, y cuanto sea necesario para la buena marcha. Es conve– niente que en la misma Curia episcopal haya un Secre– tariado, con propaganda y biblioteca bien provistas, cu– yas oficinas estén diariamente abiertas a fin de facilitar con brevedad cuanto se desee. Para evitar colisiones y unir más las fuerzas será conveniente que al Secretaria– do de la Unión Misional del Clero esté confiada también la dirección de las Obras parroquiales. Coordinación de las Obras Misionales Pontificias.– A fin de evitar rivalidades, quejas y sospechas de na– cionalismo, y hacer al mismo tiempo una equitativa re– partición <lr los ingresos, Pío XI, por el .l\fot'u Proprio Decessor Nos ter, del 24 de junio de 1929 (39), coordinó las Obras Misionales Pontificias y estableció las normas según las cuales deben regirse. No obstante esta venta– josa unión y dependencia de la Santa Sede, cada una de las referidas Obras conserva su relativa autonomía y sus Estatutos propios. Con el fin de perfeccionar y co– rroborar más y más la cooperación misional el mismo Pontífice Pío XI coordinó también la Unión Misional .del Clero con las Obras Pontificias, según la Instrucción pu– blicada en Acta Apostolicae Sedis el año 1937 (40). (39) Cfr. AAS., 1929, XXI, págs. 342-345. (40) Cfr. AAS. 1 1937 1 XXIX, p'ágs. 476-477,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz