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A'YtJDADMli:.-,-COóPlfüACJlÓN MlSIONE:::aA 129 por las misiones (31), dar conferencias e intruirse en los problemas misionales. Independientemente de estas Asociaciones (32), el P. Manna, del Instituto de las Mi-' siones Extranjeras, de Milán, comprendiendo que para promover eficazmente en los fieles el espíritu misional y la cooperación a las Obras misionales es necesario ga– nar y organizar al Clero secular, ya desde el año 1908 ·· empezó a pensar en una gran Asociación misional para los sacerdotes. Después de algunas contrariedades y re'." formas de su plan, en el año 1915 lo aprobaba el Obispo de Parma, Mons. Guido María Conforti, fundador del Instituto de San Francisco Javier para las Misiones ex– tranjeras, el cual lo presentó a Benedicto XV el 27 de abril de 1916. El 31 de octubre del mismo año el Car– denal Serafini, Prefecto de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide, anunciaba a Mons. Confortí la plena aprobación del proyecto del padre Manna. Benedic-, to XV, conocedor de la trascendencia de esta Obra, la recomendó vivamente, manifestando sus deseos de que se propagase por todo el orbe católico (33). Pío XI dice expresamente: "Conso(\iationem cleri Missionalem apud vos aut iubeatis constitui aut iam constitutam ad acrio– rem in dies actionem consilio, hortatu, auctoritate vestra incitetis" (34). Posteriormente ·1a Santa Sede, en diver– sas ocasiones, ha exaltado y recomendado esta Asocia– ción, la cual está ya extendida por casi todo el mundo. El Papa Pío XJII, felizmente reinante, en _la Encíclica (31) Cfr. ARENS, Handbuch der :,Kath, Miss., pág. 312. (32) Cfr. TRAGELLA, G. B., I precedenti d_f3ll' U. M del C. (Note sto– rich1e). En Rivista di Studi Missionari, agosto de 1922, pá~s. 119-125. VANZIN, V. C., Il fermento del regn<;>, págs. 171-185. · ' (33) Maximud i'lllld,, A.4S., 1919• XI, pág. 454. (34) Rerum Ecclesiae, AAS., 1926, XVIII; pág. 71, 1)

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