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AYUDADME,-COOPERACIIÓN MISIONERA 127 MANNA, P., La conve1'sione del mondo infedele, págs. 296-31_5, Milán, 1920. MANNA, P., L'Unione Miss. del Clern e i nuovi o¡,izzonti ape¡,ti al- la coopernzione missiona1'ia, Roma, 1937. MANNA, P., ll p1'oblema missiona1'io e i sace1'doti, Roma, 1933. ¿Y tú, semina1'istat-- El Semina1'io y las misiones, Madrid, 11:132. Sylloge. Véase en el índice: Unio Cle1'i pro missionibus, IIl Oon- gressus Internationalis U, M. Cleri, Roma, 1950. TRAGELLA, G. B., I p¡,ecedenti dell'Union_e Miss. del Clero, Note storiche. En Rivista di Studi M.issionari, 1922. págs. 119-125. Unionis Cleri pro, Missionibus Generalis Conspectus, anno 1933. Roma, 1933. VANZIN, V. c., ll fe1'mento del regno, págs. 171-260, Roma, 1946. El sace.rdote y las misiones.-Ya hemos hablado ell' otros lugares de la ed,ucación misional que se debe dar a los aspirantes a! sacerdocio y del celo que debe arder en el pecho de todo ministro del Altísimo por la causa redentora de las misiones; sin embargo, no creemos in– útil 'indicar aquí de nuevo algunos conceptos. t.o Los verdaderos sucesores 'de los Apóstoles son los Obispos, a. quienes puso Dios para regir la Iglesia; pero la acción inmediata más comúnmente se ejerct> por los sacerdotes; éstos. catequizan, instruyen, predican. bautizan, confiesan y administran otros sa.cramento&. Siendo luz del mundo y sal de la tierra, deben iluminar– la conciencia y doctrina, y preservarla de la corrupción moral con la. fe y buenas costumbres. La misión de Jesucristo fué redimir, y ellos deben hacer llegar su sangre redentora y sus méritos infini– . tos a todas las almas creyentes o infieles. Son pastores espirituales, y como tales están obligados a apacentar sus ovejas,. buscar las descarriadas y acrecentar el reba-

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