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114 DR. P. PÍO M,ª DE MONDREGANES, O. F. M. CAP. sistemáticamente eran matados o abandonados. Tal sen– timiento le hizo concebir la idea de salvar la inocencia pagana por medio de la inocencia cristiana. El celoso Obispo habló con Paulina Jaricot, que ya había pensado .también en el mismo problema. Aquellas dos almas se entendieron y se compenetraron. Dios bendijo sus an- . helos y determinaron la Santa Infancia, que empezó su actividad el año 1842. A partir de esta fecha el santo Obispo empezó a tra– bajar por organizar y extender su Obra. Fué a Bélgica, y los reyes le prestaron su apoyo. Volvió de nuevo a París y recorrió el mediodía de Francia; dos años des– pués, en 1844, cuando se disponía a realizar su acari– ciada idea de ir a la China, Dios le llamó para sí, a fin de recompensar su celo con laureles. de inmortalidad. El murió, pero su Obra sobrevive extendida por todo el mundo, aprobada y bendecida por los. Prelados de la Iglesia y por los Romanos Pontífices Gregorio XVI, Pío IX, León XIII, Pío X, Benedicto XV, Pío XI y Pío XII, quienes con paternal bondad la han alabado y recomen-· dado encarecidamente. Pio XI, con el Motu Proprio del 3 de mayo de 1922, la designó como la segunda de las Obras Misionales Pontificias. Naturaleza y organización (15) .-La Santa Infancia es una Asociación internacional de niños católicos, que en nombre y por amor al Niño Jesús, favorecen a los niños infieles: a) Procurándoles la gracia del bautismo (15) Cfr. Réglément de l:Oeuvre de la Saint,e-Enfance, en Annales de l'Oeuvre de la Sainte-Enfance, 1871-1874, págs. 434-443; en la Syl– loge, págs. 706-713, núm. 234. Para España puede verse el Regla• mento de la Obra, publicado el año 1926 por la Delegációri Hispano– americana, Vitoria, 1926. Gornunu, O', c., págs. 93 y si¡¡s.

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