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A-YUOADME.-CQOl•EllACiiÓN M1SiONEl'lA 109 a los miembros del Consejo Superior General. Además, contiene otros bi~nes éspirituales, como la participación en las oraciones y misas que incesantemente ofrecen los misioneros por sus bienhechores, las súplicas de los ca– tecúmenos y neófitos, las oraciones de los socios, de las mi:ias que se celebran por los' celadores y bienhechores, según las normas establecidas. Cada día se celebra una misa en la cripta de la Basílica Vaticana en sufragio de · los socios difuntos (7). Además de las gracias concedida.s por los Sumos Pon– tíf:ces esta cooperación lleva consigo las ventajas intrín- · secas de fas obras de caridad en orden al operante y en favor de los que se ejecutan. Por esto dice el actual Pon– tífice: "Si los fieles cooperan a la conversión de una sola, familia, sepan que en ella se crea un movimiento que se extenderá siempre má$ a través de los siglos. Si co::itribuyen a la formación de un solo sacerdote, ellos participarán de los frutos de tantos sacrificios eucarís– ticos, de su ministerio y de su santidad. Todos los fieles componen una única. e inmensa familia, 1 cuyos miem– bros participan mutuap:iente de los bienes de la Iglesia militante, purgante y triunfante. Nada, por tanto, es más apto que el dogma de la comunión de los santos para inculcar convenientemente al pueblo cristiano la utilidad y la importancia del deber misionero" (8). El deber de todos.-Esta es una Obra de apostolado popular, necesario y fecundo, que forma la más. bella so- (7) Por no alargarnos demasiado no ponemo,s aquí todas las gra– cia5,. privilegios y facultades q,ue se conceden a las 00, MM. PP. . Yr a la Unión Misional del Clero. Quien dies•ee conocerlas puede pedir los Estatutos a las Direcciones Nacionales o consultar nuestro Ma– nu::cl de Misionología en lois apéndices, págs. 64~-682. Madrid, 1951, (8) Evangelii Praecones, AAS., 1951, XLIII, págs. 528.

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