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AL HABLA CON MI PUEBLO Atrás quedó la Semana Santa. También llamada Semana Mayor, por su trascendente incidencia bienhechora en el marco de la Historia Humana. , Como negociantes de ·jº divino que tene– mos obligación de ser los cristianos, no es– taría de más que echáram, s cuenta de cómo hemos salido de esta tra sacción.. Y el balance sale exa~to si, con sinceri– dad, nos respondemos a lfs siguientes inte– rrogantes: ¿cómo era an es? y ¿cómo soy ahora? Verse con la misma incomprensión hacia los demás, con igual deseo de venganza, con idéntica lengua difamadora, es signo, más que paJmario, de que la Semana Santa ha pa– sado a nuestro lado sin inquietarnos. . Una toma en serio de nuestra responsa- • 1 bilidad hacia el vecino, unas ganas de luchar contra las manos opresoras, un tomar parte , eh la mejora del medio, indican, sin más, que se ha tomado en serio el mensaje salvador de Jesucristo. · Por los frutos se conoce al árbol. Por sus comportamientos, al hombre. Y las maneras de hacer de nuestro delta– no durante ·la semana que ha pasado han ca– recido de brillo religioso. iCOmó si la ver– dad religiosa se hubiera dJsecado en su alma! -87'-