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A UN. CURIOSO. A medida que se.va acercando el momen– to de elegir el color de nuestra tarjeta para la elección presidencial, se van clarifiJ::ando las posturas políticas de cada uno. Y los que están más en la avanzadilla de esta guerra incruenta dan a sus seguidores ·y a la nación entera cuenta exacta de su posición dentro de la línea de fuego. . . Este comportamiento es el que ha influi- · do en mí, removiendo mi pereza p.ara escribir sobre estas cuestiones de doble filo. Y la postura de la Iglesia -y por ende del sacerdote- ante la política no puede de– jar equívoco en ninguna mente libre de pre– juicios. Ella no está al servicio de ningún credo político. No cubre con sus.alas protec– toras a ninguno de ellos, sean cualesquiera las denominaciones que ostepten en su escu– do propagandístico. Ni menos cabe pensar que está identificada con determinado sec- tor político. · Para ella es válido todo régimen que sal– vaguarde las libertades fundamentales del hombre y entre. ellas se encuentra la liber– tad de su crencia religiosa. . . Pór _lo mismo da su repudio a todo sistema ateo y deshu– manizante, a todo aquel que tenga en su programa de gobierno cualquier atisbo de ro– presión e injusticia ... - 8,5-