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MEDITACION .DOLOROSA . Vuelve este tiempo "santo" y con él, co– mo su sombra, el pensamiento sobre el dolor humano. · · Como se lo tiene por un "error" de la na– turaleza" se le tiende a combatir por todos los medios y parece que nuestro mundo no va a sentirse feliz hasta que espante a este aguafiestas. Se anhela el mundo preconizado por Hux- ley. . ¿Será esto posible? Y admitido esto, ¿no perdería nuestro mundo un rasgo de su hu– manidad? Porque no cabe duda, que, dejando aparte el valor redentor que le confirió Cristo, el dolor también tiene sus finalidades plena– mente humanas, que e_n ningún momento son de despreciar. · El es mensajero infalible .de toda enfer– medad~ Si él. no .hiciera acto de presencia, difícilmente rastrearíamos el enemigo que hay dentro. · .Por otra parte, ¿quién, mejor que el dolor, nos hace conocer. nuestro yo personal, con su dualidad también diferenciada de cuerpo y alma? -57-