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BOLIVAR Y EL INDIGENA "Quien más promete, más debe", decía Montaigne en uno de sus ensayos, titulado ''El arte de conversar". Les había prometido -lectores- demostrár que la Legislación de Venezuela sobre él indígena era una de las más humanas del Continente Americano. Aquí están estas líneas para saldar mi cuen- ta. · Dejemos por los momentos la moderna Legislación Indígena, y comencemos por el principio: por el Libertador. El 20 de mayo de 11820, .Bolívar dicta "un reglamento sobre la distribuéión de resguar– dos (de tierras) a las familias indígenas sólo para su cultivo". El 11 de julio de 1828 da un "decreto" para que se restablezcan las Misiones Católicas entre los indígenas de las provincias de Cumaná, Barcelona, Barinas, Maracaibo, Guayána y sur de los Andes de Popayán y Quito. Dichas Misiones Católicas deberán volver a agrupar a los indígenas dis- · persas como consecuencia de r·a Guerra de la Independencia, además de prepararlos pa– ra la vida .nacional y de enseñarles la reli– gión y la moral. He aquí como se expresaba el Libertador en .aquella ocasión: "Art. 3.– Que es de absoluta necesidad restablecer. cuanto antes los antiguos misioneros de Co- .- 227 -
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