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Por otra parte, creo que dedicarse al alma no es mala ocupación ni denigrante. ¿Qué hace un catedrático, como el señor Balza, si– no ésto? Por último. Se dice en el artículo que hay qúe recoger la música del warao, porque "en poco tiempo desaparecerá". Cierto. Mucha música ya ha desaparecido. No la cantan. Pero, aunque des– aparecida, no está perdida. Y no está perdida, porque los misioneros de primera hora (1925), tu.vieron buen cuidado de recogerla. ¡Y no tenían grabadores! Para conocimiento del señor Balza, y del Conac, y de la Comi– sión Indigenista, les diré que existe, no en el archivo musical de Luis Lafter, sino en la bi– blioteca de los religiosos, un libro de 596 pá– ginas titulado: "Los indígenes guaraúnos y su cancionero", escrito por el Padre Basilio de Barral, donde está contenida la mayor parte de la música del warao. Está publicado en Madrid, en 1964. iA cada cual lo suyo! ("Ultimas Noticias", 1976). - 208-

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