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¡A DEFENDERSE TOCAN! Siempre he tenido para mí que la finali– dad de la amistad es hacer al otro más bue– no. E~to a veces se consigue a costa de po– ner en peligro las mismas relaciones de cor– dialidad, como es cuando se le apuntan al amigo sus fallos. · Por el contrario, si, después de comerse el pollo, comienzan a propalarse imaginarios embustes con objeto de sacar tajada en otra parte, ustedes estarán conmigo en que a!,í se esconde la animadversión y el despecho. Esto ha acontecido por estas tierras orien– tales. Una comisión que dice tr.aer poderes gubernamentales exige ser trasladado a tie– rras misionales de Guayo y Araguaimujo. Los misioneros han de suspender sus labores dia– .rias para atender a .sus huéspedes. Esta si– tuación se mantiene durante tres. días. Y cuando aquellos distinguidos personajes se reintegran a sus puestos tienen el· mal gus– to de vender a sus honrados anfitriones y, lo que es más grave, venden sus conciencias a la mentira. P~ra cerciorarse .que no hablo a la ligera, no tienen más que. hacerse con el número 2380 de la revista ELITE (7 de mayo de 1971) y allá, por la página 61, sus ojos toparán con un artículo que lleva el título si– guiente: "Siempre con Problemas". Quien se hace responsable es un tal Mac Arthur. Un nombre que huele a inauténtico. ¡Sería - 193 -