BCCCAP00000000000000000000636

vidad y. curiosidad naturales y cómo le con– vierte gradui:il e inexorablemente en una pie– za más de lo que él· Uama "máquina capita– lista". Ve cómo la educación discurre por .cauces distintos de la vida. iY no lo· puede soportar! Porque él ama la vida. Quiero vivir. Y . más plenamente. Y es la educación quien tiene el deber de enseñarle a vivir como hombre realizado. Por eso es que cuando se le da oportuni– dad, el joven grita: "Educadnos para la vida". Marshall Mcluhan ha recogido esta súpli– ca estudiantil y la ha expresado en pensa– mientos tan "prácticos" como éstos: "La edu– cación del futuro será permanente, puesto que tendrá por objeto no tanto "ganar la vi– da"; cuanto aprender a renovar 1.a vida". Y: "Educar significará sabér experimentar, progresar, ·mejorar constantemente; abrir al hombre a la esencia y p'lenitud de su propia existencia". El estudiante de estas latitudes patalea porque vida y aula son -dos. paralelas que nunca se encuentran., porque se le prepara para un mundo que no existe. ¿No están en lo cierto? ("Mensajero Seráfico", 1976). ' •, - 160 -

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz