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CURIOSEANDO POR EL MUNDO Que hoy son los engranajes de cualquier tipo que sean quieines imperan sobre hom– bres y cosas, va pasando al recuadro de las. 1 verdades ya bien sabidas por todos y com– probadas por muchos. Y como artefactos mecánicos no permiten descuidos ni permi- ten sentimientos. · La prensa lo reseñaba hace tiempo. Víctor Espárrago tenía que jugar aquel día con su club, El Nacional. Un partido sin mayor tras– cendehcia. Transcurría ya el segundo período cuando el antedicho futbolista hace una seña. ¡Nadie había advertido cansancio en sus pier– nas! Habla con su colega Duarte, encargado de suplirle ... y marcha a los vestuarios. Alguien, picado fuertemente por su cu– riosidad, le siguió los pasos que por cierto, le llevaron bien lejos. . . nada menos que hasta una de las parroquias de las afueras de la ciudad. Allí le ésperaba la que iba a , ser su esposa.· Con una apariencia. la más humilde que cabe, el jugador de fútbol escucha las ins– trucciones del ahora director religioso y con un simple impulso, en •él habitual, da ese "sí" que tan diversos sentimientos produce y con el cual van aparejados desdichas o venturas. - 141 -