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LIBERTAD PARA LOS ANIMALES Me habían dicho que existían personas con ideas fijas. Hasta hace• unos meses no había tenido 'Ocasión de comprobarlo. Y de verdad que ha sido una experiencia que ha saturado mi curiosidad para largo tiempo. He visto en estado de hipnósis -no exage– ro- a pueblos y· barriadas completas. · Que ¿quién es el encantador? Ahí va en su salsa. Los domingos por la mañana he de reco– rrer las calles de distintos pueblos. Allá voy con mi maleta para la celebración de la mi~ sa. De pronto me aborda una muchachita con un "bojote" de papelillos y un lápiz. Padre, ¿me compra unos animalitos?". Debo poner cara de asustado porque mi interlocutora s.e apresura a explicarme que se trata de una "lotería" que viene de Valera. Me quiere ha– cer ver el mecanismo del juego, pero debe ser complicado, pues· apenas si entiendo al– go. Todavía me está hablando mi joven maes- . tra, cuando percibo un movimiento desusado de los. más variados elementos del pueblo que pasan y repasan calles y casas en bus– ca de compradorés. El que se esté celebrando la Eucaristía no es óbice para que algunos sigan en su em- - 125 -