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par a sus hermanos d'el Delta que están bien hundidos y por ahora no se ve la mano pode– rosa que definitivamente les salve. Airean su programa entre - los compañeros con la confianza firme de que será plenamente acep– tado. i La sorpresa de los promotores debió ser de campeonato! · Sólo un puñadito se hizo eco de sus re– clamos, y aun entre éstos hubo quien puso condiciones ... Como buenos organizadores, quisieron sa– ber la razón de ese rechazo masivo. Y tras ver que ia presentación del prógrama no ha– bía adolecido de defecto grave alguno, que ellos mismos tenían cierta solvencia moral y se les respetaba en el medio estudiantil, cayeron en la cuenta de. que lo que estaba viciada era la respuesta. Elaboraron una en– cuesta que pecaba quizá de simple donde se hacían preguntas parecidas a estas: ¿por qué estudias?, ¿cuáles son tus deseos actuales?, ¿qué planes tienes para el futuro?, ¿estás de acuerdo en que vengan a nuestro Delta u,, · questas como Billo's Caracas Boy's y can• tantes como Trino Mora?, etc. No tardaron en darse cuenta, con todo ese material en sus manos, del motivo profundo del abandono en que les habían dejado sus compañeros de estudios. La casi totalidad había vendido su alma por unos cuantos pasatiempos burgueses, indicadores de un espíritu chato y de una personalidad conformista. · iY pensar que bajo sus pies, mejor, en– volviéndoles, están hombres en estertor! ("La Réligión", 1973). 120 -