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HOGAR, DULCE HOGAR. .. Este año del 75 ha sido adjudicado, pasto- . ralmente hablando, a la familia. Y el episco– pado, con ánimo de vencer, ha dispuesto su acción en 'tres etapas: la de "ambientación" desde principios de año hasta fines de mar– zo; la de "formación de los dirigentes", hasta agosto; y la de "recuperación", que se cerra– rá oficialmente con los .últimos días del año en curso. A la vista está la desorganización e ines~ tabilidad de la familia venezolana. El docu– mento "Familia, población y justicia", redac– tad9 por el Episcopado en julio del 74, habla de varios de los des.ajustes familiares, tales . como. la "separación espiritual", la. separa– ción efectiva, el concubinato, las madres sol– teras, los divorciados vueltos a casar, la plu– ripaternidad en un mismo grupo materno– filial ... Todo esto hace que la Institución familiar esté muy lejos de poder cumplir con sus co- . metidos de ser punta de lanza para el des– arrollo social y formadora de conciencias. Menos, claro está, podrá llenar el papel que la Iglesia le asigna de ser educadora de la fe de los hijos. - 101