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EL JESUS QUE DEBEMOS CONOCER Podemos conocer a Jesús de muchas maneras, pero no _todas ellas s.on •:~paces de alcanzar lo que El es verdaderamente. Algunas pueden ser muy sabias,-:Y no informarnos, sin eü1bargo, más que superficialmente acerca de EL Otrás pµeden ~lvidar muchos de los hechos, y ser con todo más reales. El niño _que -~-: que Jesús es Dios sabe más de El, en el sentido de alcanzar acerca de El una verdad más elevada, que el sabio moderno, historiador, etnólogo, filólogo, qu~ qtiizá «ex– plique» todas sus palabras. y ~us acciones pero reduce su vida a la de . ~únii .emi– nente personalidad humana». La historia de Jesús tiene para el creyente· ~fra di– ménsión que aquellá cuyos rasgos la ,,historia» puede descri~ir. Aunque lo' sea, Jesús no es tan sólo un personaje de la historia. Es el Verbo qt.te se ha hechó:clrne. El creyente no púede h.ácer abstracción de su fe para conocerle; y su fé ·1é da un conocimiento de todas sus palabras y todos sus actos distinto del· que puede obte– ner el simple historiador, aunque puede aprovecharse de todo lo qué éste' puede proporcionarle. Este conocimiento no sólo es más profundo, sino también más extenso; descubre, por ejemplo, relaciones entre acontecimientos o entre ¡:;afabrás que la simple visió_n histórica no puede demostrar. (A. M. HENRY, Iniciación teo– lógica). r---- 1. ~EJERCICIC)~ - - 7 1 1. 2. Haz. un bosquejo de: la .. doct_rina de · 1a Iglesia cristo~ · ¿Por qué la Unión Hipostática es un. misterío sobre, .ie~~-.. :I 1 1 sible? ------ --- - incompr;etf ,:, __ J 92
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