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del. misterio de Cristo y los definió solemnemente en ;los primeros con- cilios ecuménicos: , ; . - Concilio de Nicea (325}-primer Concilio Ecuménico-definió contra los arrianos la divinidad. de Cristo. El Sínodo de Alejandría (362) rechazó el error de Apolinar, que negaba a Cristo el alma racional. ---- Concilio de Efeso· ( 431)~tercer Concilio Ecuménico-definió contra Nestorio la unidad de persona en Cristo y, por tanto, que la Virgen María· es Madre de Dios. - Concilio de Calcedonia (451)-cuarto Concilio Ecuménico-definió contra Eutiques, la distinción y perfección de las dos naturalezas de Cristo. - Concilio III de Constantinopla (680-681)~sexto Concilio Ecuménico-– definió la actividad de Cristo como hombre~ Por lo mismo que po– see dos naturalezas perfectas-la divina y la humana-, tiene también dos. entendimientos-uno divino y otro humano-y dos voluntades -una divina y otra humana-. · ·· 5.-,-LA UNION HIPOSTATICA La doctrina revelada acerca de Jesucristo quedó claramente precisa- da por la Iglesia: - UNIDAD profunda de Cristo en la Persona del Verbo. - DUALIDAD de naturalezas: Dios verdadero y hombre perfecto. A esta unidad ert la dualidad se la llama UNI()N HIPOSTATICA (= unión personal), por realizarse en la Persona del Verbo (hypósta– ·sis = persona). Cristq es. una sola persona: Ja segunda de. ia Santísima Triniq.ad. Su naturaleza ·humana tiene toda· la perfección de la personalidad· huma– na, pero la tiene por la Persona divina a la que' se halla sustancialmente unida; sustentándose en ella. . .. . Persona es el sujeto que posee la naturaleza' intelectual. Cuando un hombre cualquiera dice «yo soy hombre», el yo expresa la persona humana que posee cuerpo y alma. La misma frase «yo soy hombre», puesta en labios de Jesucris– to, indica la Persona divina que posee también cuerpo y al– ma, es decir, es hombre. El misterio de la unión hipostática en Cristo tiene una proyección iluminadora y fecunda para la. vida del cristiano: La naturaleza humana de Cristo entra en la intimidad del misterio divino. Por eso se convierte en camino para nuestra entrada en la vida de la Trinidad haciéndonos hijos del Padre al formar un solo cuerpo místico con Cristo, hombre y hermano nuestro. 91