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aíra contra los mercaderes del templo (Jn 2, 13-17). Ruega al Padre que le libere de la pasión si es posible-aunque se somete a su voltmtad– (donde se rve claramente la existencia en Cristo de una voluntad huma– na) (Mt 26, 39). Padece y muere, al fin, desangrado y exhausto en una cruz (Mt 27, 50). · Sus reacciones humanas testifican que es un hombre perfecto y no un autómata en manos del poder de Dios. 4.-LAS HEREJIAS CRISTOLOGICAS Y LA ENSEIQANZA DE 1A IGLESIA La misteriosa unidad y dualidad de Jesucristo puso en tensión a las inteligencias más preclaras desde el principio de la Iglesia. San Ignacio de Antioquía (t 110) expresa maravillado el contraste: «Sólo tenemos un médico: El es carne y espíritu; nacido y no nacido, Dios hecho hombre; en la muerte, vida verdadera; Hijo de Dios· y ·de ·· María; sometido al sufrimiento e impasible: Jesucristo.» San /reneo (t 202) dice: «El Verbo de Dios, Jesucristo Nuestro Se– ñor, se hizo lo que nosotros somos, para que nosotros nos hiciéramos lo que El es.» Pero no faltaron quienes pretendiendo hacer ·mas, fácil la explicación del misterio, terminaron por negar el cóntenido del mismo: · ·-·· · - Arrío (t 338) dijo que el Verbo no podía ser Dios y que las expresio– nes de la Escritura significaban sólo que era la más elevada de las creatúi-as. ··· ·· -:- Apolinar ( t 390) negó que Cristo tuviera alma racional, siendo ,el Verbo quien hacía las veces de alma en su cuerpo humano... -'- Nestorio (t 451) afirmó que el Verbo habitaba en el hombre Cristo de una manera eminente; pero sin que hubiera unidad personal entre Jesús y el Hijo de Dios. María era madre del hombre Jesús, no del Hijo de Dios. · _ · - Eutiques ( t 454) combatió a Nestorio cayendo en el error éontrario: .El. Verbo habría tomado la naturaleza humana fusionándola en su natunileza divina de tal manera que quedaba absorbida por ella, y sin realidad propia. · - Los monoteletas. (ss. vr-vn) afirmaban la realidad de la n_aturaJeza .humana de Cristo, pero la consideraban 'incompleta al negade volun– .tad propia. Su querer humano estaba absorbido por la voluri~ad .divina del Verbo. (De ahí el nombre de estos herejes: móná~. == úqi~ co; thélema = voluntad.) · . · .__. · •. Frente a todas, estas herejías la Iglesia mantuvo firmes los :té~rpiilO$ 90

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