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, Esta. es la· verdfld religiosa que se despi·ende d_e la descripción del paraíso terrenal. "· ::,, «Pla11tó luego Dios un jardín -en Edén, al oriente, y allí puso al hombre a quien formara. Hizo Dios brotar en .él de la tierra toda clase de árboles hermosos a la vista y,sab:rosos l:Ü paladar, y,.en el medio del jardín, el árbol de la.vida y el árbol de· 1a cienciá del bien y del mal. Salía del Edén uri río que regé(ba eljardíny de allí se partía en cuatro brazos... Tomó; Dios, ·al hombre y lo puso en el jardín de Edén para que lo cultivase y guar_dase;:·" (Gn 2, 8-10. 15):. 2.'-LOS DONES CONCEDIDOS A. ADAN POR EL CREADOR La historia de la caída y redención del hombre refleja como un es– pejo la situación privilegiada de Adán y de Eva antes de cometer el pecado. . L EL DON SOBRENATURAL: Adán gozaba de una amistad con Dios como corres,pondía a su. .destino so_brena .tur.al . Poseía la gracia san– tificante: era semejante a Dios no sólo por la naturaleza del espíritu, sino también por µna transformación interior que le hacía hijo adoptivo de Dios y heredero de su gloria. Jesucristo, que nos 'hace· «hijos de Dios» (Jn 1, 12); «nos reconcilia con El» (Rm 5, 10), es decir; nos vuelve al estado pririlero. del hombre «creado según Dios en justícia y santi~ dad verdaderas» (Ef 4, 24); · · · · El Concilio de Trento definió que el primer hombre tuvo la gracia ·santificante an:tes del pecado. Éste don de la gracia se llama sobrenatural porque es un. don gratui– to que está por encima de la naturaleza del · hombre. La gracia coloca al hombre .en cierto modo al nivel mismo de Dios, porque Dios así lo concede libremente; pues . - no entra en los constitutivos del hombre (no es propiedad del cuerpo ni del alma); - no puede ser alcanzada por la actividad del hombre (está sobre sus fuerzas); - el hombre no la exige en virtud de ningún título natural (nada creado puede equipararse .a ella). La gracia será siempre un regalo liberal de Dios al hombre. 2. DONES PRETERNATURALES: Se llama preternatural lo que no corresponde naturalmente a un ser determinado, aunque es propiedad natural de otras creaturas.