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, Lo demuestra la razón: El alma, por ser espiritual, no· puede descom– ponerse ni ser destruida por agentes materiales. ' La tenderida del hombre a la felicidad perfecta y la responsabilidad. sobre· sus actos ·indican también que su vida no puede acabar con la muerte corporal,. sino que ha de recibir del Dios ·misericordioso y justo el premio .o. el .castigo, según sus obras. Lo·. dice la· revelación: De la inmortalidad del alma habla .Jesucristo cuando di– ce: «No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, que el ahnl;¼ no pueden matarla; temed más bien a aquel que puede per– der el alma y el cuerpo en la gehenna» (Mt 10, 28). Y en el juicio final, los pecadores «irán .al suplicio eterl.lO y los jus– tos a la vida eterna» (Mt 25, 46). La inmortalidad del alma es una verdad tan impórtante para el hombre, que sin eHa no tendría sentido la vida actual, y mucho menos la vida conforme con la religión. 5.-EL FIN DEL HOMBRE El hombre, como todas las demás creaturas, no puede tener otro fiµ que el de dar gloria a Dios. El modo como el hombre tiene que dar esta gloria a Dios está de– terminado: -,- por la naturaleza del hombre: como ser inteligente y libre tiene que conocer y amar a su Creador; - por la voluntad.de Dios: Dios creó al hombre con el fin sobrenatural de alcanzar la felicidad eterna en la vlsión y amor de ia Santísima Trinidad· en el cielo, después de prepararse en este mundo viviendo una vida sobrenatural confonne a la voluntad divina. Dios «quiere que todos loshombres sean salvos y vengan al conoci– miento de la verdad» (1 Tm 2, 4). El término final es una felicidad ine– narrable: «Ni el ojo vio, ni el oído. oyó, ni vino a la mente del hombre lo que Dios ha preparado para los que le aman» (1 Co 2, 9). Las cosas del mundo no sacian nunca el corazón del hombre: ni las riquezas ni los placeres materiales consiguen dar una tranquilidad verdadera. 78 San Agustín expresó la realidad del fin del hombre 'en unk frase muy repetida, pero que nunca resultará aria.crónica: «Nos hiciste, Señor, para ti, r nuestro corazón está 'inquieto hasta que descanse en ti.»