BCCCAP00000000000000000000635
En último término todo proviene por creación de Dios. Dice el Ecle– ~iastés: «Y tome el -polvo a la tierra que antes era, y retome a Dios el espíritu que El le dio» (Ecl 12, 7). Tampoco en cuanto al origen material del hombre se opone la· Biblia a lo que la ciencia moderna enseña sobre la evolución de las especies. Hay muchos indicios que llevan a concluir la existencia de una conexión evolutiva-no en el alma espiritual-entre los animales y el hombre. Pero no está demostrado totalmente. Pues las semejanzas reales que exis– ten, se podrían explicar por la semejanza de funciones fisiológicas. 3.-UNIDAD DEL GENERO HUMANO La, ciencia (Paleontología, Biología, etc.) investiga las diversas etapas de la evolución del cuerpo humano intentando ver su conexión con los organismos de los seres superiores. Es manifiesta la analogía que exis– te entre ellos y el hombre. El sentido de la revelación no determina si Dios formó el cuerpo del hombre de un modo inmediato o se sirvió de una evolución animal anterior. Pero el dogma del pecado original incluye como una condición el que to~os los hombres exis– tentes en la tierra proceden de una primera pareja humana: Adán y Eva. La ciencia confirma de algún modo esta verdad al comprobar la unidad esencial de la raza humana, explicando los diversos tipos ac– tuales por factores extrínsecos (geografía, alimentación, enfermedades, etcétera), que han determinado las variaciones accidentares. 4.-TRES PROPIEDADES FUNDAMENTALES DEL ALMA HUMANA Alma, en general, es el principio vital de un cuerpo, es decir, la razón formal de que el cuerpo esté vivo. El alma• humana posee tres propiedades íntimamente ligadas al des– tino del hombre: espiritualidad, libertad e inmortalidad. La revelación confirma los argumentos de la filosofía: ESPIRITUALIDAD: significa que el almai es una sustancia inmaterial y simple, no perceptible a los sentidos. La espiritualidad del alma se manifiesta en la vida espiritual a que da origen: Al pensar la verdad con el entendimiento y al amar el bien con la voluntad el alma obra de modo inmaterial. Y como una sustan– cia ha de tener la misma naturaleza que las operaciones que produce, el alma humana tiene que ser espiritual. 76 La espiritualidad del alma está definida por la Iglesia en el Concilio IV de Letrán. Y la Sagrada Escritura testimonia:
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz