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Misterio sobrenatural es una realidad o verdad que excede absoluta– mente a la capacidad de cualquier inteligencia creada. Así la intimidad de Dios y. las verdades con ella ligadas. D.ios puede expresar con términos humanos la realidad de su miste– rio y revelarlo así a los hombres. De hecho nos ha descubierto su inti– midad al manifestársenos como · Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esta realidad divina no podremos comprenderla nunca adecuada– mente. Para ello se necesitaría ser Dios. Sin embargo, nuestro destino está ligado al misterio de la Santísima Trinidad: De su conocimiento por la fe en este murido pasaremos al conocimiento por la visión, que nos hará eternamente felices. Que el misterio de Dios esté por encima de la razón, no significa que esté contra la razón... Sería contra la razón de– cir que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son tres dioses distintos y al mismo tiempo un solo y único Dios. Esto es absurdo. Pero no es contradictorio el decir que tres personas dis– tintas son el mismo y único Dios, aunque nuestra razón no pueda penetrar el modo cómo esto se verifica. San Agustín se esforzó en proponer imágenes que ayudan a vislumbrar de algún modo lo que es la Trinidad: - La fuente, el río y el vaso con que se bebe son tres cosas distintas, aunque sea la misma el agua que contienen. - La memoria, el entendimiento y la voluntad son tres po– tencias distintas, aunque es una misma el alma que existe en las tres potencias. - Si tres hombres piensan que 2 + 2 son 4, se tendrá la misma verdad en tres pensamientos distintos. San Agustín confiesa que estas imágenes son comparaciones muy de– ficientes, ya que ninguna cosa creada puede compararse a lo insondable de Dios. No tiene que extrañarnos el hecho de que la realidad divina supere absolutamente nuestros modos humanos de entender. 5.-TEOLOGIA DE LA TRINIDAD El misterio sobrenatural revelado por Dios no es una verdad sin sentido. Los términos humanos, aunque no sean suficientes para abar– car la profundidad de Dios, nos dicen algo real sobre el mismo. Fundándose en la realidad expresada por la revelación divina, ]a men– te humana puede seguir reflexionando y llegar de este modo a una pe– netración cada vez mayor de los misterios de Dios. 64