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1.-LA INTIMIDAD DE DIOS REVELADA EN EL NUEVO TESTA– MENTO a) Revelación a la Virgen María: Le dijo el ángel a la Virgen, anunciándole su misteriosa maternidad: «(Este hijo tuyo) será grande y llamado Hijo del Altísimo... El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra» (Le 1, 32. 35). El Altísimo, el Hijo del Altísimo-que iba a ser hijo de María-, el Espíritu Santo ... Así se descubrió a María el mis– terio de unas relaciones divinas, al que ella quedaba íntima– mente asociada. b) Revelación solemne y sensible en el Bautismo de Jesús: «Aconteció, pues, cuando todo el pueblo se bautizaba que, bautizado Jesús y orando, se abrió el cielo y descendió el Espíritu Santo en forma corporal, corno de paloma, sobre El, y se dejó oír del cielo una voz: Tú eres mi Hijo amado; en ti me complazco» (Le 3, 21-22). Se presentan aquí de modo sensible: - El Padre que se deja oír en la voz dirigida al Hijo. - El Hijo, que es Jesucristo. - El Espíritu Santo, que desciende sobre Jesús• en forma de paloma. c) Revelación familiar de Cristo en su despedida: Después de la cena del Jueves Santo, en su discurso de despedida, dice Jesús: «Yo rogaré al Padre, y os dará otro Abogado, que estará con vosotros para siempre, el Espíritu de verdad ... El Abogado, el Espíritu Santo, que el Padre en– viará en mi nombre, ese os lo enseñará todo y os traerá a la memoria todo lo que yo os he dicho» (Jn 14, 16. 26). Los tres, que son Dios: Padre, Hijo-que ruega a su Pa– dre-y Espíritu Santo.....,que será enviado como abogado y consolador-intervienen, cada cual, de una manera peculiar, en la obra de la salvación del mundo. d) El Bautismo de los discípulos de Cristo, consagración a la San– tísima Trinidad: Después de su resurrección, Jesús da un testimonio so– lemne del misterio de la Santísima trinidad cuando manda a sus apóstoles que prediquen su doctrina por todo el mundo. Les dijo: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra; id, pues, enseñad a todas las gentes, bautizándolas en · el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt 28, 18-19). Aquí Jesús. es definitivo. La multitud de alusiones que fue haciendo a sU: propia divinidad durante el tiempo de la predicación pública y la promesa de un Espíritu Consolador 61

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