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Dios es espíritu puns1mo, infinitamente perfecto, bueno, sabio, po– deroso y eterno, principio y fin de todas las cosas. El Dios que la filosofía nos muestra como ser espiritual, infinitamen– te perfecto y razón última de todas las cosas visibles e invisibles, se nos presema por boca de Jesús como PADRE (Mt 18, 14; Le 11, 2; Jn 20, 17). El concepto de Dios se puede hallar más o menos difumi– nado en la mente humana. Para algunos filósofos panteístas, por ejemplo, represen– ta algo indeterminado, algo absoluto, que es como el sus– trato de toda la realidad, algo idéntico al mundo, su aspecto más profundo. Por el contrario, en muchos pueblos primiti– vos se halla una idea clara de Dios, aunque poco desarrolla– da. Comprenden que tiene que ser distinto del mundo, juez superior de lo bueno y de lo malo del mundo. 2.-LA EXISTENCIA DE DIOS SEGUN LA REVELACION La revelación, que recibimos a través de la Iglesia, nos habla desde el primer momento de la existencia de Dios, aún antes de que nuestra razón pueda buscarlo por sí sola. Hace lo mismo que una madre con el niño que tiene en sus brazos. Comienza la Sagrada Escritura: «Al principio creó Dios el cielo y la tierra» (Gn 1, 1). Y cuando Moisés, sintiendo una misteriosa presencia del Señor en la zarza que ardía sin con– sumirse, le preguntó cuál era su nombre, Dios le contestó: «Yo soy el que soy» (Ex 3, 14). El es el que existe por sí mismo, dominando sobre todas las cosas. Cristo nos da a. conocer aún mejor a Dios, enseñándonos a confiar plenamente en él y a comenzar siempre así nuestra oración: «Padre nuestro, que estás en los cielos» (Mt 6, 9; Le 11, 2). Cuando nuestra razón se despierta plenamente, es capaz de percibir de modo inmediato la exactitud de la enseñanza recibida: La existencia de Dios es algo plenamente racional. . La revelación nos certifica también sobre la capacidad del e]Jtendi– miento humano para percibir la existencia de .Dios como algo ineludible al intentar dar una explicación del mundo. El salmo 14 llama necios a quienes niegan la existencia de Dios: «Dice en su corazón el necio: No hay Dios» (Sl 14, 1). En el libro de la Sabiduría se lee: «Vanos son por naturaleza todos los hombres que carecen del conocimiento de Dios, y por los bienes que disfrutan no alcanzan a conocer aJ que es la fuente de ellos y por la conskeración de las obras no conocieron al artífice» (Sb 13, 1). ,49

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