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\. vimos hambriento y te dimos de comer, o sediento y te dimos de beber? ¿ Y cuándo te vimos peregrino y te hospedamos, o desnudo y te vesti• mos? ¿ Y cuándo te vimos enfermo y en prisión y fuimos a ti? Y respon– diendo el Rey les dirá: En verdad os digo, cuanto hicisteis con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis. Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de Mí, malditos, al fuego eter– no, preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber... Entonce,s res– ponderán también ellos diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento... y no te asistimos? Entonces les responderá diciendo: En verdad os digo, cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más peque– ños, también conmigo lo dejasteis de hacer. E irán al tormento eterno; mas los justos, a la vida eterna» (Mt 25, 34-46). LECTURA FALSA SEGURIDAD · Del mismo modo que el hombre sólo puede llegar a dominar perfectamente la muerte mediante un ejercicio que dure toda su vida, también a la última y supre– ma obstinación contra Dios conduce una línea recta desde la vida : la locura de seguridad en que el hombre cree no necesitar de Dios, sino poder ayudarse a sí mismo en todo. Se agarra a la tierra y lo espera todo de ella, de la posesión terre 0 na, del poder, del placer; por ella vive como si fuera a vivir eternamente y no fuera a morir. Expulsa de su vida la muerte y todo lo que se la recuerde; Aun cuando tropiece con ella, no se. la refiere a sí mismo, sino a los demás. 'Los hom– bres se acunan en la ilusión de que «Su casa durará una eternidad, que subsistirá perpetuamente su morada y pondrán sus nombres en sus tierras». Es una locura. «Pero el hombre, aun puesto en suma dignidad, no dura; es semejante a los. ani– males, perecedero. Tal es su camino, su locura; y, con tocio, los que vienen detrás siguen sus mismas máximas» (SI 49, 13 ss.). El salmista pide a Dios que le destruya esta falsa seguridad (SI 39, 5): «Dame a conocer ¡oh Yavé!, mi fin y 'cuál sea la medida de mis días; que sepa cuán caduco soy». En la engañosa seguridad con que los hombres intentan sustraerse a la muerte caminan como sombras. (M. SCHMAUS, Teologia dogmática). · r - - -- - - - - - 7 @JERCICIOS 1 1 l. Seriedad de la vida si se cuenta con la eternidad. L 2. Absurdo de la vida, si no se cuenta con la eternidad. .J -- - - - - - - - ZOO
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