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te es juzgado por Dios, y si es hallado en pecado mortal va al infierno; pero si posee la gracia santificante va al cielo pasando o no por el purgatorio. Al final de los tiempos todos los muertos resucitaremos y en el juicio universal se proclamará solemnemente la sen– tencia de cada uno, que será la misma del juicio particular. Los novísimos de cada hombre son cuatro: - Muerte, - Juicio, - Infierno, - Gloria. Los novísimos de toda la humanidad incluyen también: - Resurrección de los m1.:.ertos - Juicio Universal. 2.-LA MUER'EE Y SUS CIRCUNSTANCIAS La muerte consiste en la pérdida de la vida del cuerpo. El alma, por ser espiri;:ual, no puede morir; sino que se separa del cuerpo para vivir la vida que haya merecido mien– tras estuvo en el cuerpo. La experiencia, nos dice que la mi:.erte es: 1) Segura, en cuanto que llegará; 2) Incierta, en el cómo y en el cuándo. La revelación nos dice además que es: 3) casrtigo del pecado, que· nos perdió el don de la inmortalidad; 4) definitiva para la vida del ho:m:bre, en cuanto que después de Ja muerte. no se puede cambiar de idea; lo que uno sea a la hora de la mU:erte--'bueno o malo-eso será para toda la eternidad. «A los hombres les está establecido morir una vez y después de esto, el juicio» (Heb 9, 27). La última característica de la muert~dejar al hombre sin posibili– dad de cambiar.....;.es · una de las cosas que más seriedad dan a la vida d,el hombre en el mundo; Pues si después de la muerte todavía pudiéramos :cambiar de opinión y enmendar la plana, no tendrían tanta seriedad las exigencias morales de ,esta vida en la tierra. Por las palabras de Jesucristo en el juicio final vemos que la suerte eterna se decide por las obras de esta vida: «Tuve hambre y me disteis de comer... Tuve sed y me 195

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