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cierta penitencia (o satisfacción de obra) por los pecados. El penitente la ha de aceptar sumisamente y cumplirla con fi– delidad. El efecto de la satisfacción es la remisión de parte de la pena temporal y, al mismo tiempo, una expresión exterior e interior de la conversión a Dios; LECTURA DOLOR Y TEMOR EN LA CONFESION Hay que distinguir bien el dolor en que consiste la contric.ión, no solamente del dolor sensible, sino también de la simple reacción casi instintiva frente' a lo feo, afrentoso o malo. La contrición no es la vergüenza ni el miedo a cubrirse de des– lhonra al· cometer un pecado. Esta reacción es una defensa frente al·mal presente o venidero, en tanto que la contrición es un pesar,, de los pecados cometidos y pre– téritos. Sin embarg;;, ~n ·1a raíz de la penitencia s~· ·da un cierto temor, y la contrición misma. viene acompañada de temor. ¿Qué clase de temor? Pues no todos los te– mores son igualmente buenos. Aquí está completamente fuera de lugar el «temor mundano», que nos hace avergonzarnos de Dios y nos aparta de El. El «temor servil» nos aproxima a Dios porque nos hace huir de. la pena de los castigos. El «temor .inicial» es ya un delicado complejo de temor servil .y .tenior. filial. El «temor filia1», que es el temor de los hijos de Dios--0 el «temor q1sto», qué es él de las almas enamoradas de F.1_:y qÚe es elevado más aún por el -don dé temor, hace temer separars~ de, Dios u ofenderle; causa también tµi. cierto :movimiento de fugct ante la majesta4 _divinll, movimie11to que, i¡in embargó, es compatible con un acer– camiento más íntimo en amor: Esta última clase de temo~ e~.}a. 9-ue cta o _alimenta la gracia de la penitencia. Es, como se ve, algo muv difer~nte;'i=lél ,,complejó de cul– pabilidad» de que hablan los psicólogos; éste .. es. físico; una Í;!Spécie..de conmoción de la carne; el tem.or filial es espiritual: una especie de conmoción de fa voluntad• en presencia de Dios. Si el alma es suficientemente fuerte sobre el cu.erpo para tener' fnf!uencta sobre 'él, ·puede ctttar éste «complejo» y ·ctevolver al penitente la paz, puesto que lo restituye al orden (A. M. HENRY, Inic;íación teológica). - 1: 1 1 L __ lllll!!IB ____ _ ~EJERCICIOS ·1. ¿ Qué ·es lo· que más ha de preocuparnos en nuestras confé- 1 siones? · 1 2. Reflexiona sobre la utilidad de la confes:ón frecuente, • 1'r • llimllll'll-llllllll!llllllllllllllllill!IIIIIIIUllr!llilllllllllllmlll!IIIIIIIIIZIIIIIIIIIIIIBIIIIII
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