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4) Universal: Ha de ser un dolor no sólo de un pecado, sino de to.dos los pecados cometidos, aunque no se recordaran algunos. También es necesario el dolor en las confesiones en que no se ·tie– nen pecados mortales. El penitente tiene que dolerse al menos de algún pecado de los que se acusa, sea venial, sea mortal ya perdonado en otra confesión. 4.-PROPOSITO DE LA ENMIENDA Propósito de la enmienda es una firme resolución de no volver a pecar. El propósito es una consecuencia del verdadero dolor; El Evangelio nos cuenta cómo Jesucristo, después de perdo– nar los pecados, solía decir: «Vete y no quieras pecar más»; Así se lo dijo a la mujer adúltera (Jn 8, 11), al enfermo de 41 piscina (Jn 5, 14')... CONDICIONES DEL BUEN PROPOSITO: No basta para un buen propósito el pensar flojamente en un «querría no volver a pecar», . El propósito ha de ser un acto: 1) Firme: de manera que el penitente esté dispuesto a evitar el pe– cado, aunque tenga que sufrir cualquier otro mal. (El caer después en el mismo pecado no es de por sí señal de que faltó la firmeza al propósito. Sin embargo, sí sería indicio de tal falta el que repetidamente se cayera en lo mismo después de una y otrl;!. confesión.) 2) Universal: El penitente debe proponer no sólo no volver a come• ter pecados como los confesados, sino renunciar a cualquier clase de pecado mortal. 3) Eficaz: Se requiere que la voluntad desee de verdad poner todos los medios para no volver a pecar, estando en disposición de evitar las ocasiones que se sabe suelen llevar al pecado. 5.-CONFESION DE BOCA. SUS CONDICIONES Confesión de boca es la acusación de los propios pecados hecha al sacerdote, con el fin de gue conceda la absolución de los mismos. La confesión la ha de hacer el mismo penitente, aunque no se prohibe que lo haga por intérprete cuando confesor y penitente no hablan una misma lengua. (En tal caso el intér– prete está obligado al sigilo sacramental.) 171

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