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1) Aumenta la gracia santificante, dando una ayuda especial para ser perfectos cristianos y defender nuestra fe a costa de la misma vida. ,Dice Jesús a sus discípulos previniéndoles para el tiempo de Ias per– secuciones: «Cuando os lleven a las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de cómo o qué habéis de responder o decir, porque el Espíritu Santo os enseñará en aquella hora lo que habéis de decir» {Le 12, 11-12). · Así les acont,eció a los Apóstoles: «Todos fuel'.on llenos del Espíritu Santo y hablaban la palabra de Dios con libertad» (Hech 3, 11). 2) Imprime el carácter, que es una marca imborrable de soldado de Cristo y defensor de la fe de la Iglesia. Esta realidad la insinúa San Pablo al escribir a los efesios: «Fuisteis sellados con el sello del Espíritu Santo prometido» (Ef 1, 14). 3) Da la, plenitud del Es,píritu Santo, que enriquece el alma y la perfecciona aún más que en el Bautismo. Para darles esa plenitud a los bautizados por Felipe, se llegaron hasta Samaría Pedro y Juan, «los cuales, bajando, oraron sobre ellos para que recibiesen el Espíritu Santo, pues aún no había venido sobre ninguno de ellos; sólo habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. Enton– ces les impusieron las manos y recibieron el Espíritu Santo» (Hech 8, 15-17). 6.-VALOR DE LA CONFIRMACION EN LA VIDA CRISTIANA Hemos visto que Jesucristo instituyó el sacramento de la Confirma– ción para dar a la Iglesia y, por ella, a cada uno de los fieles, la pleni– tud de la gracia en el Espíritu Santo. Esta plenitud de la gracia tiene un sentido social cristia– no, que ha puesto de relieve especialmente Santo Tomás de Aquino. Por una incorporación más profunda a la obra re– dentora y una participación mayor en la vida trinitaria de Dios, el confirmado adquiere una capacidad nueva para su actuación como cristiano. El confirmado tiene que dar testimonio de Cristo frente a los hombres: 150 - dándolo a conocer de modo apostólico; - defendiendo con su vida ejemplar la doctrina cristiana y resistiendo hasta la muerte antes que traicionar esa doc– trina (martirio).