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corpórea, y forma, al elemento que determina a la materia para consti– tuir un ser determinado. En el sacramento, las palabras precisan el sentido de las acciones y pueden muy bien llamarse-de un modo análogo– materia y forma. B) Los sacramentos son acciones de la Iglesia para la Iglesia. Por eso requieren un ejecutor en nombre de la Iglesia y un receptor, que entra en la Iglesia por el sacramento o se santifica más dentro de la Iglesia. t }.. Son el mi,rJl<fffá y el sujeto de los sacramentos. Ministro es el que administra el sacramento en nombre de Cristo y de ]a Iglesia. Ministro ordinario es el que administra el sacramento por corresponderle en virtud de su oficio. Ministro extraordinario es el que sólo puede administrar– lo lícita o válidamente en circunstancias determinadas. El ministro no obra en nombre propio y por eso se exige que tenga intención de hac.er lo que hace la Iglesia y no se le exigen cualidades morales especiales para que el sacramento tenga validez. Sujeto es el que recibe el sacramento y el efecto de fa gracia si no pone el óbice de una mala voluntad. En el sujeto se exige una disposición moral (fe y dolor de los pecados) de la que el sacramento es también signo-pues implica una confesión de fe-y a fa que lleva a su plenitud, no en virtud de esa disposición misma, sino por la obra sa- cramental realizada. · Esto significa la expresión de que los sacramentos confie– ren la gracia «ex opere operato» ( = en virtud de la obra realizada). Los protestantes rechazan este concepto diciendo que se– ría algo mecánico o mágico. En tal caso los sacramento~ producirían la gracia lo mismo que un golpe produce dolor en quien lo recibe, aunque sea involuntariamente. Y esto es absurdo evidentemente. 137
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